lunes, 1 de julio de 2013

Mi Jardín Urbano


Mi Jardín Urbano
Su origen y diseño

Mi Jardín surgió del afecto, de pensar que en vez de un ramo de flores sería mejor regalarle, a ella, un jardín de flores y especies.

miércoles, 8 de mayo de 2013

La agricultura urbana y ecológica en Cuba: el caso de la región de la Habana

El 1 de enero de 1959 toma el poder la Revolución Cubana. Los Estados Unidos, inconformes con esta revolución en las narices del imperio, deciden imponer un embargo contra ese país que lo obliga a estrechar vinculos económicos con la URSS como una estrategia para mantener sus niveles de intercambio comercial en el mercado mundial. En este proceso, Cuba deviene altamente dependiente de las exportaciones de petróleo, alimentos y de insumos agropecuarios provenientes de la Cortina de Hierro. En 1989, con la caida de la URSS, Cuba queda en una situación económica precaria y se desploma su sistema alimentario y de transporte. Para hacerle frente a la crisis alimentaria, Cuba opta por desarrollar la agricultura urbana y ecológica, construyendo su soberanía alimentaria.

20 años más tarde, Cuba es lider mundial en agricultura ecológica y un país con una de las  experiencias más importante en agricultura urbana. El INIFAT (Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical, "Alejandro Humboldt"  ha sido clave en el desarrollo y apoyo tecnológico a la agricultura urbana y ecológica en Cuba. Para ilustrar esta realidad, se presentan dos documentales. El primero, "Révolution verte urbaine" -compuesto de tres partes-, muestra la amplitud, la diversidad de sistemas y de cultivares, las técnicas de producción y la ingeniosidad del pueblo cubano en la ejecución de proyectos de agricultura urbana en la región de la Habana. El segundo documental, "Cuba révolution globale", se expone los lineamientos de la política estratégica ambiental cubana, y el plan de acción de la agricultura urbana como compenente fundamental de la nueva etapa de la Cuba actual. Ella, como el resto de los países y a pesar de su aislamiento por el embargo, se enfrenta igualmente a un mundo en crisis económica y ambiental profunda. 

Los documentales nos permiten aseverar que Cuba vive una transformación importante y, en medio de ella,  una nueva revolución verde  está en curso.

Tomado y adapatado de "Semillas. Las raices del nuevo mundo":


Documental "Revolution verte urbaine 1/3"

Esta compuesto de tres partes. Al finalizar la primera parte, que se puede activar sobre el cuadro aquí abajo, Ud. encontrará las otras opciones de recuadros de continuación. Ellas se titulan: "Revolution verte urbaine 2/3" y "Revolution verte urbaine 3/3". 







Documental "Cuba Révolution Globale"














domingo, 5 de mayo de 2013


Soberanía Alimentaria

Los guardianes del Arca de Noé
(La experiencia austriaca)


(Traducuido por Fernando Fernández del texto original publicado en francés en la página web de la Asociacion AlterEcho el 29 de abril del 2013)

En Austria, más de 6.000 variedades de legumbres raras y de cereales son conservados por El Arca de Noé, organización sin ánimo de lucro que integra 10.000 miembros organizados en red para promover la biodiversidad en la agricultura. Este articulo fue publicado inicialmente en el “Journal de rencontresinternacionales” (El diario de los encuentros internacionales) de las casas de semillas campesinas, que tuvieron lugar del 27 al 29 de septiembre de 2012, en Boulazac (Dordoña, Francia), como iniciativa del “Reseau Semences Paysannes” (Red de Semillas Campesinas), de “Bio d’Aquitaine y de la Asociación BEDE 




Consideramos las semillas como aliadas y no como mercancías”. Beate Koller es la Coordinadora del Arca de Noé, una organización austriaca sin ánimo de lucro. Creada en 1990 por iniciativa de horticultores, agricultores y periodistas preocupados por el futuro de las semillas y variedades tradicionales, esta organización cuenta hoy con 10 000 miembros. Contamos con cientos de campesinos y miles de horticultores, precisa Beate. Los integrantes de la organización conservan semillas en sus huertos y campos de cultivo, al mismo tiempo que cuidan variedades amenazadas de extinción. A través de la conservación de semillas, el Arca promueve la creatividad campesina, permitiendo que cada integrante adapte localmente las variedades. Después de 20 años de creada, el Arca de Noé posee hoy uno de los más grandes Bancos de Semillas de Europa, compuesto por más de 6 000 variedades de legumbres raras y de cereales. A 150 km de Viena, el Arca tiene un campo sembrado con 400 variedades, lugar que el público puede visitar para conocer esta diversidad biológica.


Nuestra vocación no está en convertirnos en una industria de semillas” 
No obstante, una parte del trabajo de la organización es financiado por la venta de semillas, un mecanismo definido desde su origen. Las semillas son comercializadas en la boutique de demostración en Viena, en los mercados donde participa el Arca de Noé y por pedido postal. Todos los años se actualiza el inventario de semillas de las variedades disponibles, que permanecen bajo el cuidado y conservación de los agricultores afiliados y en el banco de semillas de la organización. Este inventario es publicado en un catálogo de distribución gratuita entre los miembros, que indica las variedades a conservar, información sobre los agricultores que poseen y conservan las semillas, referencias sobre los lugares donde las variedades son cultivadas y algunos otros datos de interés acerca de las diferentes semillas. Los miembros que inscriben sus colecciones de semillas en el catálogo reciben una “contribución” a su trabajo, surgida de la venta de las semillas. Esta contribución, desde luego, no corresponde a los costos reales de producción de las semillas1. En este sentido, el trabajo de conservación de variedades realizado por los miembros es un servicio prestado a la organización. 


El establecimiento de redes, una dimensión esencial
"Nuestra vocación no está en convertirnos en una industria de semillas”, puntualiza Beate. “La biodiversidad es un proceso vivo que reposa sobre una conservación dinámica y no estática”. La constitución de redes es un aspecto esencial del trabajo del Arca de Noé. A través de formaciones, seminarios y de publicaciones el Arca sensibiliza e invita a sus miembros a compartir sus conocimientos, mediante el intercambio de ideas con los demás actores implicados en el proceso de conservación de la biodiversidad. Tenemos encuentros en diferentes regiones donde la gente participa en los intercambios. Nuestras formaciones son variadas; algunas duran un año completo, otras consisten en talleres de cocina donde se aprende a transformar las legumbres para el invierno, relata Beate. Igualmente, la organización tiene un servicio técnico que aporta respuestas, apoyo y consejos a sus miembros, en relación con las variedades que ellos han elegido, la conservación de variedades raras, el cultivo, etc. Muchos libros que recogen las experiencias de los miembros han sido publicados.



Creadores activos políticos
En una intervención más global, el Arca hace un trabajo de concientización, especialmente con los niños y jóvenes, sobre la importancia de las semillas. “Muchos no comprenden la relación entre las semillas y su vida cotidiana”, subraya Beate. Nosotros tratamos de enriquecer y renovar las relaciones entre los productores y los consumidores. Todas las actividades están apoyadas por un gran grupo de personas que hacen trabajo voluntario. El Arca de Noé recibe apoyo financiero de fundaciones, pero esencialmente su organización se sostiene por las cotizaciones y las donaciones de sus miembros. Lo que guía nuestro trabajo -concluye Beate- es ver que cada uno de nuestros miembros es un creador activo político”.



Notas





sábado, 4 de mayo de 2013


Soberanía Alimentaria

Casas de semillas campesinas para liberarse de la agroindustria

Por: Sophie Chapelle 


(Traducido por Fernando Fernández del texto original en francés publicado en BASTA!, sitio  de información independiente, el 7 de noviembre del 2012)

Es un movimiento mundial: de Brasil a Grecia pasando por Périgord, las casas y cooperativas de semillas se multiplican. El objetivo: liberar a los agricultores de los derechos de propiedad impuestos por la industria de semillas, eliminar la dependencia de los OMG y de los pesticidas y cultivar la biodiversidad. Más de 300 campesinos de quince países han ido a Francia a testimoniar sobre sus experiencias colectivas a favor de la soberanía alimentaria.




Es necesario organizarnos para recuperar todas las semillas que están en los bancos de germoplasma y poner este tesoro en las manos seguras de los campesinos”. En medio de una centena de variedades de maíz en pleno corazón de Dordoña, Bertrand Lassaigne cuenta la historia de la primera casa de semillas campesinas en Francia, instalada hace 20 años cerca de Perigord. Bertrand cultiva principalmente cereales y leguminosas –maíz, cereales de paja, soya, lentejas…Poco a poco, Bertrand ha desarrollado su autonomía en cuanto a la producción de semillas y logró, en menos de diez años, producir él mismo casi la totalidad de las semillas de sus cultivos, salvo la del maíz, del cual compra cada año la semilla híbrida.


En 1999, surgía la preocupación entre los productores de maíz debido a que semillas de este cereal, contaminadas con OMG, habrían sido puestas en el mercado. Bertrand Lassaigne, uno de los raros agricultores productores de maíz orgánico, presentó una propuesta que recogía la necesidad de los agricultores de buscar una alternativa a la semilla industrial. Este es el comienzo de un largo camino para re-apropiarse del saber-hacer perdido por los agricultores. Para evitar los OMG, Lassaigne viajó a Guatemala en busca de semillas tradicionales de maíz, en donde recolectó once variedades que sembró a su retorno. Pero el resultado fue decepcionante: las variedades traídas no estaban adaptadas al clima donde fueron introducidas. 



Deshacerse de la industria de semillas
El despegue del proyecto fue muy difícil. A la dificultad de encontrar nuevas variedades se agrega un contexto reglamentario restrictivo, que no permite ni la venta ni el intercambio de semillas (1). ¡El trabajo de Bertrand se desarrolla casi en la clandestinidad! Lo que limita de facto la difusión del proyecto. Pero la comunicación informal de “boca en boca” funciona y numerosos agricultores ponen a su disposición “la variedad de sus ancestros”. Bertrand realiza él mismo los primeros cruces y genera nuevas variedades. Al interior de AgroBio Perigord, una asociación para el desarrollo de la agricultura orgánica, Bertrand se asocia con otros agricultores y horticultores para crear la Casa de Semillas Campesinas. 



Once años más tarde, los resultados están a la vista. La Casa de Semillas (2) cuenta con más de una centena de variedades de maíz adaptadas a las condiciones de la agricultura biológica. Las semillas seleccionadas con frecuencia son más ricas en proteínas, menos exigentes en agua y más resistentes a las enfermedades que las semillas industriales. Sobre todo, la gran ventaja, estas pueden ser replanteadas año tras año de semillas provenientes de los mismos cultivos, contrario a las semillas industriales que, ostentando derechos de propiedad, obligan a los agricultores a comprarlas nuevamente cada año. 



El siguiente vínculo conduce a un documental sobre la plataforma de maíz, cerca de Perigord.

Una idea importada del Brasil
Para Bertrand Lassaigne esta plataforma de experimentación de variedades de maíz no habría logrado tal desarrollo sin los aportes obtenidos en un viaje de intercambio de experiencias en Brasil, realizado en el 2004. Bertrand trajo consigo técnicas y, sobre todo, el concepto de “casa de semillas”. En el Brasil, el término “casa” es literal: las semillas son guardadas en las casas de los miembros del grupo. Por el contrario, para Bertrand la casa de semillas en ante todo un concepto. En su caso, las variedades son cultivadas, seleccionadas y multiplicadas en los campos de los agricultores. 



¿Cómo funciona la casa de semillas de Francia? El agricultor miembro toma prestado un lote de semillas en el periodo de siembras y se compromete a retornar a la casa de semillas de Agrobio Perigord un volumen superior al prestado una vez realice la cosecha, así como los datos sobre el seguimiento y desarrollo del cultivo. La organización tiene una infraestructura de almacenamiento de semillas cerca de la plataforma de experimentación, donde se guardan y conservan todas las semillas entregadas por los agricultores. Para Bertrand, la riqueza de este concepto está basada en la constitución de una fuerte red de agricultores, integrada por 300 miembros del gran Oeste de Francia. 


Un kit de semillas para la biodiversidad
El fundamento de la biodiversidad, es el intercambio”, afirma Iván José Canci, agricultor brasilero participante de los Encuentros Internacionales de las Casas de Semillas, llevado a cabo en Dordoña en septiembre del 2012 (3). Iván José está comprometido en un proyecto de variedades locales –un “kit de diversidad”- desarrollado en el Estado de Santa Catarina, al sur de Brasil. El desafío es otorgar autonomía en la producción de semillas a las comunidades rurales. El kit comprende diez variedades de arroz, cuatro de maíz, dos de maíz pop corn, dos de papa y una de sandía. Cada familia está a cargo de la producción de una variedad “criolla” (4) para el resto de la comunidad. Hoy en día están integradas al proceso más de 650 familias. “Desarrollar nuestras variedades criollas es una manera de luchar contra el modelo agroquímico”, asegura Iván José. 



A su lado, María Griselda, del Estado de Paraíba al Este del Brasil. Para esta agricultora, los OMG constituye una real amenaza para la autonomía. Por esta razón, María Griselda está comprometida con uno de los 230 bancos comunitarios de semillas con los que cuenta el Estado de Paraíba. “Cada agricultor es el guardián de su propio banco y debe cuidar que éste no sea contaminado por OMG”, explica ella. Cada uno de los bancos es auto-gestionado por 10 a 20 familias. Los agricultores aportan un primer “capital” de semillas, con el cual arranca el proceso del banco. Las familias que tienen necesidad de semillas las piden prestadas al banco, retornándolas en las postcosecha. “Fue por la creación y la gran difusión de los bancos comunitarios, que el gobierno de Lula terminó por apoyarnos”, dice María. Ella está convencida de que sin la presión de la sociedad civil no hubieran surgido las políticas públicas de apoyo a la agricultura campesina en el Brasil. 



Guardianes de semillas en la India
Mientras los alimentos no sean producidos a nivel comunitario, un país no puede estar en situación de seguridad alimentaria”. Es la conclusión de Laxmi, una campesina de la aldea de Humnapur, en la meseta de Deccan en el sur de la India. Propietaria de una hectárea, Laxmi siempre ha producido y conservado sus semillas de sus propios cultivos, año tras año. He concluido que las semillas híbridas donadas por el gobierno destruyen la salud de los suelos y del medio ambiente. Hace diez años, nos reunimos con las mujeres de la aldea y tomamos la decisión de eliminar los cultivos híbridos de nuestras parcelas y recuperar las semillas desarrolladas a lo largo de las generaciones.” Juntas, ellas devienen guardianas de semillas que siembran y cosechan en sus campos, conservan, prestan e intercambian.





En la actualidad, más de 5000 mujeres, de 75 aldeas de la región, manejan 55 bancos de semillas comunitarias con el apoyo de la ONG Deccan Development Society. 85 variedades son cultivadas en 1000 hectáreas sin uso de pesticidas químicos. “Nosotras no somos más víctimas de prestamistas, ni de grandes agricultores a los cuales debíamos mendigarles nuestras semillas”, dice con satisfacción Laxmi. “De ahora en adelante, son nuestros propios conocimientos los que nos alimentan”. Estas guardianas de “semillas de la esperanza” ven el futuro con confianza. Aunque Deccan sea una región semi-árida expuesta a sequías fuertes, estas mujeres han desarrollado semillas adaptadas a una gran variedad de condiciones climáticas. “Estamos orgullosas de compartir nuestras semillas, y si la agroindustria viene a reivindicar un derecho de propiedad, nosotros pelearemos”, promete Laxmi.



Hacer del África una tierra nutritiva
Como estrategia para enfrentar la invasión de OMG y las reglamentaciones que amenazan las semillas campesinas, en noviembre del 2011, numerosas asociaciones y sindicatos decidieron crear el Comité del Oeste Africano de Semillas Campesinas (COASP). Para el coordinador del Comité en Togo, Jacques Nametougli, no hay ninguna duda: los campesinos se están organizando para asegurar la soberanía alimentaria en África del Oeste como en muchos otros lugares”. Jacques es originario de Cinkassé, una ciudad froteriza con Burkina Faso y Sahel. En esa región, el monocultivo del algodón y un clima rudo han causado el éxodo rural de los jóvenes. En 1999, Jacques dejó el puesto de responsable de formación en un Centro de Desarrollo Rural para trabajar en tierras alquiladas. “Era un terreno donde nada nacía y yo quería demostrar que nosotros podíamos convertirlo en una tierra nutritiva”, manifiesta él.



Los primeros resultados del proyecto fueron decepcionantes; sin embargo se logró sacar el proyecto adelante. Jacques ha desarrollado cultivos hortícolas y hoy en día acoge jóvenes en su terreno para enseñarles que el cultivo de huertas puede ofrecer una vida decente en el medio rural. En diez años, más de 600 personas recibieron formación y se instalaron en la aldea de Cinkassé. 
Jacques se apresta a dar un paso más. Él quiere emprender acciones contra los productos químicos que arruinan económicamente a los agricultores. Ha visitado más de 50 aldeas con el objetivo de sensibilizar a los agricultores sobre la importancia de la autonomía. En 2010, Jacques impulsa la creación de la Unión de Grupos Agroecologistas para el Mantenimiento del Patrimonio Local (UGAMPL). Los miembros de la Unión buscan, acopian, conservan y valorizan las variedades locales de cereales. Poco a poco, la dinámica se orienta también hacia la producción de semillas hortícolas, como el gombo (Abelmoschus esculentus) y la cebolla violeta de Galmi (Allium cepa) (5). Despues de haber inventariado más de 150 variedades en la región, Jacques proyecta la creación de una casa de semillas donde los insumos químicos serán erradicados. 



Un movimiento mundial
Este movimiento de retorno a las semillas campesinas se ha difundido, coge fuerza y Antonis Breskas lo ha constatado también en Grecia. Miembro de la Asociación Peliti, él y otros 220 “conservadores de variedades” participan en la distribución gratuita de semillas en todo el país. A pesar de la falta de recursos financieros, Antonis se esfuerza para responder a los pedidos de semillas que se multiplican con la crisis económica que afecta a Grecia. La solidaridad, la reciprocidad y las donaciones son el centro de la gestión de esta asociación, que no espera ninguna retribución económica por su labor. Con una colección de más de 2000 variedades, el año anterior Antonis y otros campesinos han empezado a construir una Casa de Semillas, que será igualmente la sede administrativa de la asociación. 


Esta dinámica colectiva de intercambio y producción de semillas o de plantas se extiende a otros países como el Irán (leer entrevista), Austria, Hungría y Rumania. Delegaciones de quince países han venido a testimoniar en el encuentro de Perigord sobre sus experiencias en la recuperación de la soberanía alimentaria para evitar dejarla en manos de sociedades comerciales. “La idea es ocupar el territorio, -resume Bertrand Lassaigne, el campesino de Dordoña-. Entre más campesinos siembren sus propias semillas, habrán más cultivos que demandarán menos agua y menos productos fitosanitarios, y las semillas campesinas podrán salir de la clandestinidad”.



Queda la cuestión de la difusión del saber-hacer campesino, arrasado por la Revolución Verde. El 99% de los agricultores franceses no sabrían hoy en día producir sus propias semillas, según la Asociación Agrobio Perigord. En su plataforma de experimentación, Bertrand Lassaigne y su grupo de colaboradores aseguran estar listos para ayudar a los agricultores en la re-apropiación de saberes y en la creación de nuevas Casas de Semillas Campesinas. Bretaña, el País de Loira, la región de Ródano-Alpes, Aquitania… en todas las regiones de Francia, las Casas de Semillas Campesinas, manejadas localmente por los campesinos y las comunidades, se multiplican.


Notas:
(2) El programa « L’Aquitaine cultive la biodiversité ».
(3) Los Encuentros Internacionales de la Casa de Semillas Campesinas se llevaron a cabo del 27 al 29 de septiembre del 2012 en Boulazac (Dordoña) por iniciativa del Réseau Semences Paysannes, de Biod’Aquitaine  y de la AssociationBEDE 
(4) Después de largos años de lucha y de movilizaciones por el reconocimiento de las semillas campesinas, la Ley N°10.711 promulgada en el 2003 en el Brasil reconoce la existencia de “variedades criollas”, entendidas como “variedades desarrolladas, adaptadas y producidas por familias campesinas”, y “que no son diferentes a las variedades comerciales”.
(5) Los nombres científicos no figuran en el texto original en francés. Fueron agregados al texto por el traductor. Nota del traductor.




martes, 2 de noviembre de 2010


Agricultura Urbana

Los urbanos reinventando la agricultura: los urbano-cultivadores o urbano-sinos


Algunos de los rebuscadores de la vida se toman los techos, las terrazas, los espacios comunes y públicos en la búsqueda de los nuevos alimentos. De manera colectiva o comunitaria, o simplemente bajo cualquier forma de expresión de los nuevos individualismos (en galladas o comunas o en grupos  fugases de encuentros efímeros), los urbanos reinventan la naturaleza y cambian los roles de los ecosistemas, introduciendo nuevos nichos y hábitats culturales.   


Los viejos campos se quedan solos, invadidos por el mono-capital de las agroindustrias altamente tecnificadas, por las reservas naturales, por el ecoturismo elitista, por los pequeños campesinos que siguen llevando a perdida los vegetales frescos para que sean congelados en la ciudad por los urbanos. Y, como fenómeno colateral, los techos y terrazas de las casas e edificios de las ciudades de algunos países del mundo desarrollado  se reverdecen de naturaleza controlada y simétrica. Y en sus lotes urbanos –públicos y comunes- crecen los urbano-cultivos asociados como una de las expresiones de la nueva naturaleza-cultural del hombre citadino. Vuelven las gallinas ponedoras enjauladas al lado de los televisores de plasma o como ornamentos de los  jardines. Cajas de lombricultivos y de compostaje invaden sutilmente los espacios de las viviendas de algunos sectores sociales de las urbes modernas...y del tercer mundo. Por esta vía se cuelan, al nuevo concepto de “la vida sana”, los residuos transformados de los  cultivos modificados genéticamente. Pero también se cuelan otras muchas cosas, ideológicas y técnicas.


Todas las agriculturas son expresiones culturales y la alimentación es su aspecto primordial. Breve, las agriculturas son humanas, son actos humanos de intervención sobre lo natural.  Son maneras de apropiar culturalmente los procesos biológicos y ecológicos en procura de los alimentos. El ser humano moldea lo natural, dándole sus formas humanas, las que sean. La urbano-ruralidad de la agricultura citadina, de la clorofila en cemento, de la fotosíntesis en los bosques de concreto,  es una de las nuevas expresiones de la urbanización de las grandes ciudades en los países del primer mundo.

He tenido la oportunidad de acompañar algunas experiencias de jardines colectivos para la producción de legumbres y verduras en la ciudad de Quebec, Canadá, y ha sido una experiencia nueva que me ha permitido retomar las reflexiones sobre la relación hombre-tierra, sobre la agricultura tradicional campesina, el huerto familiar y su persistencia en el ámbito urbano.  Esta experiencia ha sido una aproximación crítica y desde otra mirada cultural al tema y este espacio es para compartir mis reflexiones, mis ideas, mis complicidades temáticas, mis lecturas, mis traducciones de las utopías compartidas,  mis garabatos en búsqueda de sentido, fotos y mis notas surgidas en este ejercicio de enfrentarnos a lo otro, a los nuevos referentes de la existencia. 

Y viene la primera aproximación: En los escenarios de la llamada agricultura urbana del "primer mundo", hay algo más que una necesidad de producción de alimentos. Aquí hay procesos subyacentes “que no se comen pero alimentan”, parafraseando al Nobel del Coronel. En el lenguaje en proceso de codificación de la agricultura urbana  subyacen otras necesidades, otros discursos  en busca de contenido:

→ La gente tiene necesidad de reencuentros, de la búsqueda con el otro,  para trascender la solitud urbana. El jardín colectivo o comunitario en el espacio público, es uno de los nuevos hobbies de la llamada socialización de los individuos solitarios. 

→ Hay una necesidad atávica de contacto con la tierra, de retornar de manera reiterativa a ella. De la tierra de verdad  y no de los nuevos sustratos que inundan los mercados del sector jardines y hortalizas. Es como un complejo de “Pachamama de los urbanos”, nacidos y criados en las urbes. ¡De tierra somos y en tierra nos convertiremos, mientras tanto toquémosla! ¡El barrito jala, compañeros!

→ La gente del primer mundo,  de los países templados, tiene necesidad de sol y muy poco tiempo para buscarlo en otros espacios, después de meses de nieve. Poner la espalda al sol en el ejercicio de la  jardinería hortícola urbana es un bello pretexto para cultivar la energía solar en las plantas y en nuestro cuerpo. 

→ Se podría también decir, que los urbano-cultivadores es otra expresión contestataria a la globalización y las imposiciones de los mercados de alimentos de las mono-agroindustrias. Es una manera de recuperar los saberes-hacer tradicionales, de recuperar las variedades  antiguas que han perecido en las manos de la agroindustria de semillas y devueltas e impuestas en los mercados en forma de OMG. 

→ Y, para finalizar, agregaría que la agricultura urbana constituye poco a poco un nuevo estilo de vida dentro del llamado ambientalismo. De esta manera se erige como un segmento de mercado de lo podríamos llamar la tecnología de la producción biológica urbana.